

El imponente reactor gigante producido por la firma mendocina IMPSA se encuentra nuevamente en movimiento, en lo que representa una de las operaciones logísticas más complejas de la región. La pesada pieza, con un peso de 208 toneladas, tiene como destino final la Estación transformadora El Naranjo, operada por YPF Luz, para potenciar la Central Termoeléctrica de Luján de Cuyo.
El traslado, que comenzó hace algunas semanas, se topó con un parate técnico antes de su mayor reto: cruzar el Río Mendoza. La operación requiere de una ingeniería de precisión y medidas de seguridad extraordinarias debido a la magnitud de la carga y las condiciones del terreno.
Se espera que, una vez superado este obstáculo, el reactor continúe su camino para llegar a su destino y cumplir un rol crucial en el fortalecimiento de la infraestructura energética local. La empresa mendocina vuelve a demostrar su capacidad para fabricar componentes de alta tecnología para proyectos de gran escala.