

A pesar de la suba del 13% que registró el dólar oficial en julio, el impacto en la inflación del inicio de agosto ha sido moderado. El dato oficial del INDEC para julio fue de 1,9%, un leve repunte respecto a junio, pero aún por debajo del 2% que el Gobierno busca sostener.
Las proyecciones de las principales consultoras privadas indican que la inflación de agosto se ubicaría en un rango similar, entre el 1,8% y el 2,5%. Este escenario de desaceleración se explica, en parte, porque el traslado a precios de la devaluación ha sido heterogéneo y acotado.
Si bien hubo un repunte en la primera semana de agosto en el rubro de alimentos y bebidas, especialmente en categorías como carnes y verduras, otros sectores con alto componente importado, como la indumentaria o los electrodomésticos, mostraron un traslado de precios más lento. Esto sugiere que, por el momento, la política de control de la liquidez del Banco Central y el anclaje de expectativas están logrando contener un salto inflacionario mayor.