

Tras una semana marcada por la volatilidad cambiaria, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) endureció su política monetaria al elevar el porcentaje de encajes bancarios exigidos.
La medida, que comenzó a regir desde este 1 de agosto, busca reducir la liquidez en pesos y así frenar la escalada del dólar. El titular de la entidad, Santiago Bausili, detalló la decisión mediante la Comunicación “A” 8289.
El ajuste implica que los depósitos a la vista, a plazo con cancelación anticipada, los fondos comunes de inversión tipo money market y las cauciones bursátiles deberán integrar un encaje del 40%, frente al 30% actual.
A su vez, las cuentas corrientes pasarán de un requerimiento del 36% al 40%. En paralelo, el BCRA recortó de 9% a 5% la proporción de encajes que los bancos pueden integrar con títulos públicos, forzando a las entidades a mantener más pesos líquidos.
“Esto va a generar un incentivo para que los bancos manejen saldos más parejos en sus cuentas corrientes con el BCRA”, argumentó Bausili, al tiempo que cuestionó diferencias previas en los niveles de encaje según el tipo de depositante, más que por la naturaleza de la cuenta.
La decisión forma parte de una estrategia más amplia para ajustar el circulante monetario en línea con los niveles que necesita el sistema financiero, según remarcó el funcionario.
Desde el mercado, sin embargo, surgieron críticas. Operadores señalaron que el cambio sorpresivo del coeficiente aplicará sobre todo el stock de depósitos tomados en julio, lo que implica un costo financiero no previsto para los bancos.
Como los encajes se calculan a mes corrido, muchos pesos captados este mes lo fueron bajo el supuesto de un encaje del 30%, y ahora deberán inmovilizar una mayor proporción, afectando su liquidez y rentabilidad.