Cuando el arte se justifica por sí mismo, cuando no responde a otra necesidad que la de crear, aparece la diferencia. Eso fue lo que ocurrió el 18 de julio en Mendoza, donde Miranda! presentó su nuevo show en el Arena Maipú Stadium, como parte de la gira nacional de su más reciente trabajo discográfico. Ale Sergi y Juliana Gattas ofrecieron una experiencia completa, visual, musical y emocional que superó el simple formato de recital.
Con una propuesta renovada que incluyó colaboraciones de alto perfil y una puesta en escena cargada de teatralidad, el dúo reafirmó su lugar como referente del pop en Latinoamérica. El concierto fue un recorrido por su pasado y su presente, con momentos de intensidad, nostalgia, humor y fiesta. En Mendoza, el Nuevo Hotel Miranda! abrió sus puertas con todo el estilo que los caracteriza.
Un momento del show de Miranda! en el Arena Maipú.
Una apuesta visual y performática que potencia el show
Desde el comienzo quedó claro que el show no iba a ser un simple repaso de canciones. La experiencia estuvo pensada al detalle, con una estructura escénica en constante transformación. Más de cuatro cambios de vestuario acompañaron el recorrido por las diferentes etapas del espectáculo. Las luces, las escenografías y los cuerpos en movimiento construyeron una narrativa estética precisa, donde cada tema fue una escena distinta.
El espectáculo combinó lo teatral con lo coreográfico. El cuerpo de bailarines en vivo reforzó esa dinámica, aportando ritmo, presencia escénica y dramatismo en las canciones más intensas. La interacción entre los músicos, los intérpretes y el público fue constante, generando una conexión emocional que fue creciendo con el correr de los bloques.
Miranda! aprovechó cada recurso visual para amplificar el contenido de su propuesta. Los vestuarios fueron protagonistas junto a la música, con trajes brillantes, excéntricos, a veces futuristas, otras cercanos al glam pop. Nada quedó librado al azar. Cada decisión respondió a un concepto artístico sólido que se fue desplegando con consistencia a lo largo de las dos horas que duró el show.
Un momento del show de Miranda! en el Arena Maipú.
El repertorio: clásicos que se reinventan y estrenos que ya se celebran
El concierto tuvo una estructura generosa y dinámica. En total fueron 27 canciones, donde convivieron los éxitos que marcaron la carrera de Miranda! con los estrenos del nuevo álbum.
En Mendoza sonaron con fuerza los nuevos temas del disco, como Ritmo, Siempre que lo beso, Dice lo que siente, Extraño, Tu juego, Tu misterioso, 743, Por amar al amor y Puro talento. A pesar de no tener el recorrido de los clásicos, lograron una respuesta muy positiva del público, que acompañó con atención y entusiasmo.
Por supuesto, no faltaron los grandes momentos de celebración colectiva. En temas como Don, Me gustas tanto, Perfecto, Uno los dos y Ya lo sabía, el estadio se vino abajo. Las canciones más coreadas fueron Traición, Lo que siento y Mentía, que confirmaron una vez más el lugar que Miranda! está en la memoria emocional de sus seguidores. La combinación entre lo nuevo y lo conocido permitió un show con ritmo cambiante, pero siempre intenso.
Un momento del show de Miranda! en el Arena Maipú.
Las colaboraciones del disco y la identidad sonora de Miranda!
Uno de los grandes atractivos de Nuevo Hotel Miranda! está en su diversidad de colaboraciones. El disco incluye participaciones de artistas como Fito Páez, Tini, Vicentico, Nicki Nicole, Ana Mena, Leo Rizzi, Kenia OS, Abraham Mateo, Conociendo Rusia entre otros. Cada uno aporta su estilo sin borrar la identidad del dúo.
Aunque en el recital no estuvieron presentes físicamente, las canciones que grabaron junto a Miranda! formaron parte del show y mantuvieron el espíritu de esas uniones musicales. Lejos de limitarse a sumar nombres famosos, el disco busca un cruce artístico real, donde cada colaboración sirve para expandir el universo musical del grupo.
Ese enfoque también se refleja en vivo. El sonido de Miranda! sigue siendo reconocible, pero se actualiza con cada etapa. En Mendoza quedó claro que el dúo no se limita a repetir fórmulas. La nueva propuesta tienen fuerza, ritmo y matices que dan cuenta de un proceso creativo en movimiento. No hay nostalgia paralizante, sino renovación constante.
La conexión con el público mendocino
El público fue protagonista desde el primer minuto. Con casi todas las entradas vendidas y una energía contagiosa, Mendoza respondió con fervor a cada tema. Las canciones históricas generaron una marea de voces, pero también hubo una recepción calurosa para las nuevas propuestas como la última canción con Tini.
Durante el show, la conexión entre artistas y audiencia fue constante. Ale y Juliana buscaron siempre el contacto visual, el gesto, la palabra justa entre tema y tema. No hubo distancia. Hubo cercanía, agradecimiento y una clara sensación de disfrute compartido.
Los momentos más coreados se vivieron en las canciones que invitan al canto colectivo. Uno los dos, Ya lo sabía, Lo que siento y Me gusta lograron ese clima de comunión que transforma un show en un ritual. En Mendoza, Miranda! no solo tocó para el público, tocó con él.
Una carrera sólida que sigue creciendo en todo el país
El paso de Miranda! por Mendoza forma parte de una gira nacional que continúa por San Juan, Córdoba, Rosario, La Plata y cerrará el 8 de noviembre en el Estadio de Ferro. Luego de una etapa por Europa, el dúo volvió a girar por Argentina con una propuesta que crece en cada presentación.
Con más de veinte años de carrera, el grupo liderado por Ale Sergi y Juliana Gattas se consolidó como un símbolo del pop argentino. Su historia incluye los escenarios más importantes del continente, premios, rankings y una base de fans inquebrantable. Pero lejos de conformarse, siguen apostando a la creación y a los desafíos artísticos.
En plataformas digitales mantienen cifras impactantes. Más de 8,5 millones de oyentes mensuales en Spotify y más de 2.200 millones de visualizaciones en YouTube confirman su llegada. Pero la verdadera prueba sigue estando en el escenario. En Mendoza, Miranda! volvió a demostrar que la música, cuando se hace con libertad y pasión, sigue siendo un arte que transforma.