

El PAMI de Mendoza está atravesando un nuevo capítulo de tensiones internas, que repercute directamente en la calidad de atención a personas mayores. Se han realizado traslados inesperados de 17 empleados de planta sin aviso, generando complicaciones cotidianas al cambiar, por ejemplo, personal de Tunuyán a Guaymallén.
Un comunicado del organismo establece en su Artículo 1 la relocalización de empleados dentro de la Unidad de Gestión Local IV, manteniendo su situación laboral y su carga horaria. En el Artículo 2, exige la presentación de formularios y declaraciones juradas en un plazo de diez días, conforme a la normativa vigente.
El malestar del personal trasciende a la atención: empleados informan que, por reajustes en la modalidad de distribución, hay retrasos en pañales, faltante de sillas de ruedas y otros insumos vitales. Frente al reclamo de usuarios, trabajadores terminan exponiendo sus teléfonos particulares y siendo blanco de insultos y amenazas, pese a no tener responsabilidad directa en la gestión.
Además, en la agencia de Las Heras ya van tres directores desde marzo de 2024 —un cuarto podría asumir en breve— reflejando una inestabilidad institucional que dificulta la normalización del servicio.