

La llegada del invierno y las bajas temperaturas obligan a utilizar distintos métodos de calefacción, pero también traen consigo un riesgo silencioso: el monóxido de carbono. Este gas tóxico, incoloro e inodoro, puede ser letal si no se toman las precauciones necesarias.
El domingo, una mujer de 74 años falleció en Las Heras tras intoxicarse en su vivienda mientras se calefaccionaba con una cocina a gas. El hecho volvió a poner en agenda la necesidad de reforzar la prevención en los hogares.
¿Qué es el monóxido de carbono y por qué es tan peligroso?
El monóxido de carbono (CO) se genera por la combustión incompleta de gas, leña, carbón o kerosene. Al inhalarse, reemplaza el oxígeno en la sangre, provocando síntomas como dolor de cabeza, mareos, náuseas, debilidad y, en casos graves, la muerte.
El gran peligro es que no tiene olor ni color, por lo que muchas veces no se percibe hasta que ya es tarde.
Recomendaciones para evitar intoxicaciones
Qué hacer ante una sospecha de intoxicación
Si se sospecha que alguien puede estar intoxicado, abrir puertas y ventanas de inmediato, retirar a la persona al aire libre y llamar al 911 o al servicio de emergencias. Actuar rápido puede salvar vidas.
Un enemigo invisible, pero prevenible
Todos los años, especialmente en invierno, se registran muertes evitables por monóxido de carbono. La prevención, el control profesional y la ventilación constante son claves para protegerse y cuidar a quienes más queremos.