

El uso de billeteras virtuales dejó de ser una moda pasajera para convertirse en una herramienta cotidiana. Lo que comenzó como una tendencia entre jóvenes se transformó en un hábito financiero transversal, adoptado con distintos enfoques por todas las generaciones.
Según datos recientes del ecosistema fintech, millones de argentinos ya utilizan apps de pago digital para consumir, enviar dinero, pagar servicios, invertir o simplemente gestionar sus finanzas desde el celular.
Desde la fintech Vesseo explicaron que “la adopción ya no es patrimonio exclusivo de los jóvenes: cada generación encuentra valor en estas herramientas, aunque con expectativas diferentes”.
Para los más jóvenes, pagar desde el celular es tan natural como mandar un mensaje. Las billeteras virtuales no son solo una app financiera: son su centro de operaciones. Las usan para todo: salidas con amigos, recargas de transporte, envío de dinero, compras online e incluso inversiones en criptomonedas.
Esta generación adoptó las billeteras virtuales por practicidad. Pagan servicios, cobran trabajos freelance, dividen gastos del hogar y aprovechan promociones. Además, valoran la posibilidad de automatizar pagos, llevar un control detallado de sus gastos y planificar mejor su economía personal.
Aunque crecieron con efectivo y tarjetas, se volcaron a las billeteras virtuales tras la pandemia. Las usan especialmente para pagos puntuales, enviar dinero a sus hijos o hacer transferencias. Buscan plataformas seguras, fáciles de usar y con buena atención al cliente.
Los mayores de 55 son el grupo que más recientemente se sumó al mundo digital. Aunque todavía muchos prefieren el efectivo, cada vez más se animan a usar billeteras para pagar servicios, recibir la jubilación o aprovechar descuentos. Si la experiencia inicial es positiva y cuentan con acompañamiento, pueden convertirse en usuarios frecuentes.
Lejos de reforzar la brecha tecnológica, el auge de las billeteras digitales está generando un efecto inverso: conectando generaciones en torno a un nuevo lenguaje financiero. Mientras los más jóvenes marcan el ritmo con su naturalidad digital, los mayores descubren nuevas formas de operar su dinero con comodidad y seguridad.