

Los profesionales del sector de la construcción confían que la dinámica está empezando a cambiar y perciben una recuperación gracias a varios factores. Principalmente, la baja en la inflación y en los precios de los materiales. Además, las construcciones privadas, pequeñas y medianas, son las que más impulsan el resurgir en Mendoza.
Daniel Di Maria, presidente del Centro de Ingenieros local, contempló que “algo está empezando a encaminarse, las expectativas son bastante buenas”.
Sin embargo, las esperanzas del sector se corresponden directamente con el difícil periodo que transitó la actividad por varios meses. Un estudio de la industria de la construcción, elaborado por el Grupo Construya, reveló que casi un 80% de las personas vinculadas al sector en Cuyo afirmaron que la actividad disminuyó en los últimos 12 meses.
Del total de los encuestados, un 78% alertó sobre una reducción en la actividad, mientras que un 17% sostuvo que mantuvo su actividad “estable“. Apenas un 6% dijo que tuvo mejoras respecto al año pasado.
La valoración regional marcó una importante diferencia con la media nacional, donde la disminución fue del 69%. Cuyo comparte cifras similares con la Patagonia y el Noroeste argentino.
El informe señaló que ese 78% de profesionales que marcó una situación crítica se divide en tres grupos. La mayoría de estos (44%) alertó que la actividad se contrajo más del 20%.
Otro grupo (17%) reflejó que la caída está entre el 10% y el 20%. Y el tercer ( también 17%) relató que la disminución fue menor al 10%.
Di Maria explicó la merma en los trabajos porque un gran número de profesionales del sector (arquitectos, ingenieros o técnicos) “no han tenido ningún trabajo nuevo en lo que va del año”.
Años antes, lo normal era tener entre 2 y 4 trabajos por año, graficó el constructor. Para tener en cuenta: Mendoza cuenta entre 3.000 y 4.000 profesionales aglutinados en estos rubros.
Entre los desafíos que afectaron directamente la actividad de la construcción en Mendoza, el presidente del colegio de ingenieros destacó principalmente la brecha que existe entre los salarios con el gasto que supone construir.
“Sigue siendo muy grande la brecha”, comentó y ejemplificó: “una vivienda económica cuesta más de 60 millones de pesos, para construirla alguien que gana 1 millón de pesos debería destinar su sueldo entero por al menos 60 meses”.
En el mes de mayo, la construcción de una vivienda económica de unos 61 m² cuesta $64.643.774 en Mendoza.
La brecha fue confirmada por el estudio de Grupo Construya, que la colocó como la principal dificultad para la construcción en Cuyo, según un 25% de los encuestados.
En segundo lugar (23%) quedó la baja de demanda del mercado, que también puede corresponderse con los costos de construcción. Luego destacaron la caída en la inversión de la obra privada y la incertidumbre por el tipo de cambio, ambas con un 14%.
En menor medida, señalaron la menor disponibilidad de financiamiento (13%); mayor carga impositiva (8%); escasez de mano de obra calificada (4%) y la demora en la aprobación de permisos municipales (1%).
Sin embargo, el informe hace una distinción al comentar que “para los arquitectos la segunda dificultad en importancia fue la escasez de mano de obra calificada”.
A pesar del complejo escenario que transita la construcción, las estimaciones coinciden en que en el fututo próximo se verá una importante mejora.
Di María relató que hoy en el Gran Mendoza existen varias obras (medianas y pequeñas), recién iniciadas o por iniciarse, lo que interpreta como un buen indicativo de que la actividad se está recuperando.
En comparación con el resto del país, Cuyo “fue más moderado que en las demás regiones” y presentó un optimismo del 42%. Esto la ubicó como la que menos previsiones positivas espera.
Según las expectativas de los profesionales en la región, la mayoría (24%) confía en que el crecimiento de la actividad económica permitirá la recuperación del sector. Luego se ubican el crecimiento en las obras privadas y la construcción como refugio del valor, ambas con un 19%.
Para Di Maria, los principales factores para un resurgimiento se corresponden con el estudio.
Destacó primero la “disminución de la inflación y de precios de materiales“. Estos últimos aumentaron solo un 10% desde mayo del año pasado.
Luego indicó que “la gente empieza a ver que es mejor construir que ahorrar sus dólares“, es decir, entienden que la mejor forma de salvaguarda su capital es invertirlo en ladrillos, ya que “mes a mes está constando más dólares” y, mientras antes se empiece, es mejor.
Los siguientes puntos que el estudio señaló fueron: una mayor disponibilidad de financiamiento (13%); disminución del precio del metro cuadrado (10%); blanqueo de capitales (4%); disminución de la carga impositiva (4%) y una mayor inversión en la obra pública (4%).
Sobre esta última, el presidente del Centro de Ingenieros de Mendoza señaló que esta afecta principalmente a las empresas más grandes, que son las que mayormente obtienen las licitaciones para los proyectos de financiamiento estatal.
Las obras privadas, medianas y pequeñas, son las que más están impulsando el resurgir de la actividad. Son aquellas que no suponen más de 2 o 3 departamentos.
El informe de Grupo Construya, con el 42% de los encuestados, destacó este tipo de construcciones como las más presentes en Cuyo.
Como segundo impulsor de la actividad resaltaron las refacciones y ampliaciones de obras ya terminadas (33%). Luego, fueron ubicadas las obras privadas grandes (19%) y por último, las obras públicas (6%), mermadas desde la llegada del Gobierno liberal.