domingo 01 de junio de 2025 - Edición Nº293

Policiales | 26 may 2025

País

Quién es Julieta Makintach, la jueza del escándalo: cámaras ocultas y un proceso que se derrumbó

La magistrada subrogante quedó en el centro de una tormenta judicial que detuvo el juicio por la muerte de Diego Maradona. Grabaciones secretas, escenas íntimas desde el estrado y una investigación penal que sacude al país.


Por un momento, toda la atención estaba puesta en el banquillo. Ocho profesionales de la salud enfrentaban un juicio histórico por la muerte de Diego Armando Maradona. En San Isidro, el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 abría sus puertas a un proceso esperado durante años. Pero lo que nadie vio venir fue que el verdadero escándalo no vendría de los acusados, sino del estrado.

 

La jueza Julieta Makintach, hasta entonces una figura discreta en la Justicia bonaerense, terminó siendo protagonista de una historia paralela que dejó al juicio tambaleando: grabaciones sin autorización, escenas filmadas dentro del tribunal, una supuesta producción con estética documental que la tenía a ella como eje narrativo.

 

La pregunta que todavía retumba es cómo una jueza pasó a ser el centro de un espectáculo que nunca debió existir.

Una cámara, una jueza, un juicio que se detuvo

Todo estalló cuando la fiscalía descubrió una serie de grabaciones hechas durante las audiencias. No se trataba de un simple registro institucional ni de cobertura periodística: eran imágenes cuidadosamente producidas, con la jueza mirando a cámara, caminando por su despacho, reflexionando en tono íntimo. Según confirmaron fuentes del caso, nadie había autorizado esas tomas. Ni las partes, ni los abogados, ni los acusados. Tampoco los familiares de Maradona, que también aparecen en las imágenes.

 

 

El material fue incautado en allanamientos ordenados por la fiscalía. Allí apareció parte de la trama: escenas editadas, entrevistas montadas, registros que revelaban una narrativa en construcción, como si se estuviera gestando un documental. Pero sin consentimiento, y —lo más grave— en pleno juicio penal.

 

El proceso quedó suspendido. El desconcierto, instalado.

¿Quién es Julieta Makintach?

Hasta entonces, el nombre de Julieta Makintach no era conocido fuera del ámbito judicial. De 47 años, es abogada, magíster en Derecho Penal y docente de la Universidad Austral.

 

Desde 2017 forma parte del TOC N°2 de San Isidro, aunque en el juicio por la muerte del Diez actúa como subrogante en el Tribunal N°3. Tiene más de 25 años de carrera en el Poder Judicial bonaerense, adonde ingresó en 1998.

 

Sin embargo, su experiencia y su perfil académico quedaron opacados por una investigación inédita: la presunta realización de un documental durante el juicio, con ella como figura central.

El hecho generó conmoción. Según se desprende de los allanamientos y declaraciones recolectadas por los fiscales Carolina Asprella, Cecilia Chaieb y José Amallo, la jueza habría sido filmada antes y durante el desarrollo de las audiencias sin autorización de las partes. En las imágenes —algunas grabadas en su despacho, otras dentro de la sala de audiencias— Makintach aparece mirando a cámara y explicando el proceso.

 

La existencia de este material fue confirmada por el camarógrafo Jorge Huarte, quien declaró que lo convocaron para registrar tomas centradas exclusivamente en Makintach, a pedido de una guionista. También se filmaron, sin consentimiento, imágenes del abogado Fernando Burlando y de Giannina y Dalma Maradona, lo que incrementó la indignación de las partes.

 

Una investigación que avanza

Cuando comenzó el juicio como jueza subrogante —una función provisoria—, nadie imaginaba que su presencia iba a desatar un conflicto institucional. Según trascendió, las filmaciones comenzaron desde el primer día del proceso. Todo indica que Makintach sabía que la estaban grabando, incluso en su despacho, dentro de las instalaciones del tribunal. La pregunta es si comprendía el alcance de esa exposición —y su ilegalidad.

La fiscalía ya abrió una causa. No hay imputaciones formales todavía, pero el foco está puesto en una posible violación de deberes de funcionaria pública, abuso de autoridad y, eventualmente, tráfico de influencias. Para que la jueza pueda ser citada a declarar, primero debe intervenir el Jurado de Enjuiciamiento. Mientras tanto, en el entorno judicial ya se habla de su posible suspensión.

 

La situación es inédita. No solo por la gravedad del caso que se juzgaba —la muerte de uno de los íconos más grandes del deporte mundial—, sino porque se puso en jaque la neutralidad de una jueza en pleno ejercicio. Un juicio suspendido, una figura institucional desacreditada y una grieta más en la ya golpeada imagen del Poder Judicial argentino.

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