Después de meses de tensión, proyecciones cambiantes y precios que se movían al ritmo del dólar y las tarifas, mayo podría traer un respiro inesperado: la inflación amenaza con caer por debajo del 2%, una marca que parecía lejana en el arranque del año.

Consultora tras consultora, el diagnóstico es el mismo: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de este mes se está desacelerando más de lo previsto. Tras el 2,8% registrado en abril, varias estimaciones privadas apuntan a un alza de entre 2% y 2,3%. Incluso hay quienes se animan a pronosticar un dato con “uno” adelante.

Descuentos, lluvias de ofertas y naftas más baratas

En la tercera semana de mayo, los analistas de Equilibra vieron un rebote en los precios del 0,8%, luego de una baja impulsada por las promociones del Hot Sale. Aun así, proyectan una inflación mensual del 2%.

El comportamiento de los precios se volvió caprichoso y muchas veces contradictorio. Mientras algunos productos suben, otros bajan sin previo aviso. Analytica, por ejemplo, detectó una caída de 0,04% en alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires durante la segunda semana del mes. Su proyección final para mayo: 2,1%.

Algo similar observó EcoGo, que prevé una inflación del 2,2%. Según sus mediciones, alimentos y bebidas subieron 0,8% en la tercera semana del mes.

Un respiro en alimentos, regulados y tipo de cambio

LCG, otra consultora que también estima un 2,2% de inflación para mayo, registró una suba del 2,1% en alimentos y bebidas durante la tercera semana. Sin embargo, su economista Florencia Iragui hizo foco en un punto clave: la inflación núcleo —que excluye regulados y estacionales— venía caliente, con dos meses seguidos en 3,2%.

Desde Econviews, Alejandro Giacoia afinó el lápiz y corrigió su estimación de 2,5% a 2,3%. También atribuyó la baja al recorte en precios regulados, como el de las naftas.

El que fue aún más lejos es Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos. Aunque aún no se animó a dar un número cerrado, cree que mayo podría cerrar con una inflación inferior al 2%.

La inflación se aceleró en marzo (3,7%) arrastrada por factores estacionales como frutas, verduras y educación, que volaron un 8,4%. En enero había sido de 2,2%, en febrero, de 2,4%. Pero abril marcó un punto de quiebre: el IPC bajó a 2,8%, incluso en un contexto delicado, con la salida del cepo cambiario y una fuerte suba del dólar oficial.

El dato fue celebrado en el Gobierno y se espera que mayo refuerce esa tendencia. Aunque los economistas son cautos, muchos admiten que el panorama actual dista del de hace unos meses.