Así es el Mundo Boca. Impredecible hasta en sus lugares más comunes. Porque de un año a otro, el alargue del ciclo de Diego Martínez ante la poca voluntad de darlo por terminado inmediatamente después de una derrota con River puede derivar en que su sucesor -Fernando Gago- se termine alejando de la dirección técnica del Xeneize, en las mismas condiciones, luego de caer en un superclásico.

¿Cómo? Así de simple. Esta vez no es partido a partido ni día a día. Es este martes fué una jornada clave para la continuidad de Pintita en su cargo, con un horizonte que dificilmente vaya mucho más allá del final del campeonato.

Y así fueron las cosas: Juan Román Riquelme, quien no estuvo en el Monumental y no tuvo de esa manera contacto con el cuerpo técnico ni tomó parte de las típicas charlas post partido, quedó indignado con el rendimiento y con el planteo del equipo y -mucho más- con la conferencia de prensa posterior. Y antes de que se inicie la práctica del martes, lo echó de Boca.

¿Qué pasó desde el domingo hasta esta jornada de supuesta vuelta al trabajo? Mucho, pero más que nada por lo bajo. Porque Boca tuvo día libre. Y eso tampoco cayó bien en una dirigencia que no entendíó ni esa ni muchas de las decisiones que se fueron dando en los últimos tiempos.

Decisiones con un plantel largo que terminó con lesionados musculares por no rotar, planteos difíciles de sostener, el talón de aquiles de no ganar partidos importantes y la nula garantía de que el equipo -así- pueda siquiera avanzar hasta la final del Torneo Apertura. Y la duda de cómo afrontar el Mundial de Clubes. "¿Sirve que siga así ganando sólo los partidos de local sin importancia?", se preguntaban el lunes en Ezeiza. Incluso, otra voz se alzó para dejar otro interrogante fuerte: "Si así le jugó a River, ¿cómo le va a salir a jugar al Bayern Munich?".

La confirmación de Serna

No eran las nueve de la mañana y todo eso ya se había dado en el Predio de Boca, cuando Mauricio Serna (uno de los integrantes del Consejo de Fútbol), salió a hablar con los medios y a confirmar la decisión: "Vengo a informar que hemos tomado una decisión, es que hasta acá ha llegado Fernando Gago con su cuerpo técnico. La hemos tomado con tranquilidad, no ha sido fácil, pero la tomamos. Y en el día de ayer hemos estado hasta altas horas de la noche y Fernando ya no es más nuestro entrenador. Estamos muy agradecidos porque ha puesto su empeño, su trabajo lo hizo de la mejor manera. El agradecimiento siempre está y es muy valioso. Pero tomamos decisiones, para eso estamos", cerró Chicho en su intercambio con los medios presentes. Escuetamente y con un mensaje claro.

¿Y ahora?

El futuro se precipita, de esta manera, a tomar decisiones urgentes. Decisiones que deben aclarar el panorama antes de una serie de playoff que Boca afrontará con ventaja. En principio, el fin de semana ante Tigre el equipo lo dirigirá Mariano Herrón. Pero el panorama de entrenadores disponibles esta vez (a diferencia de lo que ocurrió en octubre, cuando llegó Gago, y en febrero, post derrota con Alianza Lima) es distinto y hay opciones disponibles.

¿Quienes? Dos nombres que siempre estuvieron en el radar xeneize. Uno pareciera picar en punta por sus antecedentes recientes, porque en 2024 recibió sondeos y porque, imprevistamente, quedó libre de su flamante trabajo, Gustavo Quinteros, el argentino con experiencia en selecciones (Bolivia y Ecuador) y que aún ostenta el título de campeón con Vélez del fútbol argentino: El cual logró, claro está, antes de irse a dirigir a Gremio, en donde lo echaron hace pocas semanas.

Si bien también está disponible otro viejo anhelo de Riquelme como Cristian Kily González, la opción de Quinteros pica en punta porque su perfil de DT con experiencia encaja mucho más en este momento del plantel: nutrido, con nombres fuertes y a punto de jugarse cosas importantes.

De cómo avancen las negociaciones dependerá si hay chance de que él (u otro entrenador) llega a conducir ante Tigre o si asume recién en la semana previa a jugar los octavos de final del Torneo Apertura. La historia recién comienza. O no, porque además de ser un continuado, también tiene muchas reminiscencias a hechos no muy lejanos en el tiempo.