

El 2025 es un año de definiciones políticas en Mendoza, y la Legislatura vuelve a ser el epicentro de disputas, promesas de renovación y resistencia de viejas estructuras. En un ámbito históricamente criticado por su falta de renovación, una nueva camada de jóvenes dirigentes intenta abrirse paso para transformar, desde adentro, las dinámicas del poder legislativo.
Diversos espacios políticos ya ultiman sus listas de candidatos, y en cada sector aparecen nombres sub-35 dispuestos a enfrentar el desafío. En el PRO, dentro del oficialismo demarchista, emergen figuras como Nerea Ceschin, asesora de la vicegobernadora, y Lucas Faure, actual secretario legislativo. Ambos representan una apuesta por el recambio dentro de un partido que también enfrenta internas silenciosas, con figuras como Álvaro Martínez y Fernando Reyes buscando su consolidación.
El peronismo, mientras tanto, combina continuidad y frescura. Valentina Morán, quien asumió su banca a los 26 años, buscará su reelección, mientras que Paloma Scalco y Ulises Llano emergen como caras nuevas con fuerte anclaje territorial y estudiantil, respectivamente.
El radicalismo tampoco escapa a la tensión generacional. Florencia Lima, presidenta de la Juventud Radical, y Juana Allende, concejala y presidenta de bloque, disputan espacios dentro del cornejismo. En el suarismo, Maximiliano Garrido aparece como una opción de renovación, sin romper con las bases históricas del partido. Además, el sector de Luis Petri apuesta nuevamente por Kurt Ottosen.
Por su parte, La Libertad Avanza propone candidatos con alto perfil mediático. Cecilia Soler combina militancia territorial y comunicación digital a través de su streaming político, mientras Constanza Bravi, influencer libertaria, sigue ganando espacio en las redes y en la conversación pública.
Desde el Este mendocino, el partido Sembrar apuesta por Luis Gonzalo García, presidente del Concejo Deliberante de Rivadavia, como una opción más localista y productiva frente a los grandes partidos.
La pregunta es inevitable: ¿está preparada la Legislatura para darle lugar a una nueva generación de políticos? ¿O volverán a imponerse los nombres de siempre? El recambio parece estar en marcha, pero en política, como siempre, nada está garantizado.