

En una ceremonia histórica para la Iglesia Católica y más que emocional para los argentinos, el mundo comenzó este sábado a despedir los restos de Jorge Bergoglio, el papa Francisco, en el Vaticano, que falleció este lunes 21 de abril a los 88 años, con la presencia de más de 200 mil fieles de todo el mundo y 50 líderes mundiales, entre ellos, el presidente Javier Milei, Donald Trump, Giorgia Meloni, entre otros.
Este viernes, el feretro sencillo que pidió Francisco entre sus últimos deseos para concluir su vida mortal fue cerrado tras varias jornadas en las que miles de personas pasaron por delante para despedirlo.
Desde San Pedro a Santa María la Mayor
La ceremonia cargada de símbolos y bajo un estricto protocolo eclesiástico comenzó este sábado a las 5 hora argentina (a las 10 hora de Roma). Los restos de Francisco son trasladados desde San Pedro, en el Vaticano, y recorrerá seis kilómetros hasta la Basílica Santa María la Mayor, el destino final elegido por Bergoglio que se ubica en Roma.
Se trata de una ruta simbólica: forma parte del trazado de la antigua Via Papalis, la procesión que hacían antiguamente los pontífices tras ser designados entre San Pedro del Vaticano y la basílica de San Juan de Letrán, catedral de la diócesis de Roma.
La procesión pasará por lugares icónicos de Roma, como el Coliseo, el Corso Vittorio Emmanuele, plaza Venezia, y los Foros Imperiales, entre otros.
La comitiva argentina está encabezada por Javier Milei, que llegó este viernes a Roma, pero no alcanzó a despedir a Francisco en San Pedro, por lo que su adios será en la ceremonia con los Jefes de Estado.
Donald Trump, Luiz Inácio Lula da Silva, Emanuel Macron, Giorgia Meloni, Keir Starmer (primer ministro del Reino Unido), Olaf Scholz (canciller de Alemania), entre otros.
También se sumarán figuras de la monarquía europea, como Felipe y Letizia, los reyes de España, y el príncipe Guillermo, en representación de Carlos III.
11.000 militares y miembros de las fuerzas de seguridad, sin contar los equipos propios de las delegaciones internacionales, que velarán por que el funeral se celebre sin incidentes. Policías, carabineros y agentes de tráfico se sumarán a al menos 1.500 soldados.
5 bazucas antidrones, capaces de interceptar las radiofrecuecias con las que se operan esos aparatos, que reforzarán la zona de exclusión aérea decretada sobre el cielo romano.