

Dos efectivos de la Policía Rural fueron detenidos la mañana de este viernes luego de una investigación fiscal, sospechados de haber cometido un robo agravado en una vivienda del barrio Renacer de Maipú. Se trata de un oficial inspector y un oficial ayudante, quienes fueron aprehendidos este jueves tras una serie de de allanamientos en sus domicilios y lugares de trabajo.
La medida fue dispuesta por el fiscal de Robos y Hurtos Oscar Malla, después de semanas de análisis de las declaraciones, informes preventivos de Investigaciones y el material registrado por las cámaras de seguridad de la movilidad en la que se desplazaban los uniformados y fue detectada en la escena.
El caso comenzó a investigarse el miércoles 6 de marzo por la tarde, cuando una mujer identificada como Carina Pacheco denunció que tres efectivos policiales irrumpieron en su vivienda sin orden judicial y se llevaron pertenencias de valor, incluyendo una suma de 535.000 pesos en efectivo.
Según su relato, que luego se transformó en denuncia, los uniformados llegaron en una camioneta azul, ingresaron a la fuerza tras patear la puerta de entrada y revisaron la casa durante unos 25 minutos. En ese lapso, causaron destrozos en varios electrodomésticos y abandonaron el domicilio. Todo el accionar fue observado por vecinos de la mujer, quienes luego se transformaron en testigos de importancia para la instrucción.
En su defensa, los sospechosos aseguraron inicialmente durante una medida que se realizó horas después cuando el caso ya había generado repercusión en la propia fuerza, que perseguían a un joven que vestía pantalón negro y remera blanca y que por ello ingresaron al domicilio sin la autorización correspondiente.
Sin embargo, las imágenes de las cámaras de seguridad de la movilidad en la que se trasladaban contradijeron su versión. Tanto el video como el audio registrado por los dispositivos revelaron que los policías no habrían actuado en persecución de un sospechoso, sino que habrían ingresado a la vivienda con otro propósito previamente planificado. Es más, hasta ese supuesto malviviente caminó cerca de ellos sin ser capturado mientras se metían en el domicilio, detallaron fuentes del caso.
La instrucción también determinó que una tercera policía, mujer que formaba parte del operativo, desconocía la verdadera intención de sus compañeros y creyó que se trataba de un procedimiento legítimo. Por ese motivo, su identidad se mantiene en reserva y fue citada este viernes como testigo en el expediente, ya que no será imputada. Su declaración también será una de las clave para esclarecer lo sucedido.
El Ministerio Público también ordenó una serie de medidas para reconstruir el hecho luego de la denuncia inicial, entre ellas, el análisis de los audios y videos captados por las cámaras de la movilidad policial, así como la recepción de testimonios de vecinos y testigos presenciales. También se realizó un relevamiento en la Subcomisaría Lorenz, ubicada sobre calle Terrada, donde los efectivos de guardia manifestaron no haber recibido ninguna notificación sobre un operativo en la zona cuando los efectivos de la Policía Rural ingresaron a la propiedad, lo que reforzó las sospechas en contra de los uniformados.
Con los elementos recolectados, el fiscal Malla dispuso la detención de los sospechosos, quienes serán imputados por el delito de robo agravado por efracción (delito que se comete cuando se roba algo de una propiedad habitada rompiendo una pared, puerta, ventana, techo o piso) y por ser miembros de una fuerza de seguridad, calificación que podría costarles varios años de cárcel y ser exonerados de la fuerza.
Las fuentes que hablaron con El Sol, que dio a conocer el caso a principios del mes pasado, señalaron que en las próximas horas se definirá si permanecerán detenidos o si se les concede alguna medida que les permita dejar una celda, siempre mientras continúa la investigación para determinar el grado de responsabilidad de cada uno de los citados en el hecho.